La determinación de la neuroinmunosiquis en la patología psiquiátrica
Palabras clave:
Sistema inmune, Trastorno depresivo, Trastorno Bipolar, Esquizofrenia, Trastorno de ansiedad, Autoinmune, Inflamación.Resumen
El sistema inmunitario y el sistema nervioso central interactúan en un proceso llamado
neuroinmusiquis, el cual es esencial para la salud mental y la función cerebral. Esta interacción
ocurre a través de múltiples vías, como la comunicación humoral, neural y celular.
Diversos elementos, como los corticoides, las células TH17, las citocinas, el sistema del
complemento, las células microgliales, la barrera hematoencefálica y la microbiota intestinal,
desempeñan un papel significativo en esta interacción. La disfunción en alguno de estos
componentes puede contribuir al desarrollo de trastornos neuropsiquiátricos, como la
esquizofrenia, el trastorno del espectro autista, la depresión y la enfermedad de Alzheimer.
La neuroinmunosiquis también tiene un papel crucial en enfermedades neurológicas y orgánicas.
Trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis múltiple y el
Parkinson muestran neuroinflamación y la participación de células inmunitarias, como la microglía.
Enfermedades como la encefalitis autoinmune, la epilepsia y sus comorbilidades
neuroconductuales también están relacionadas con la inflamación y la respuesta inmune. Además,
los tumores periféricos pueden afectar el sistema nervioso central y causar síntomas cognitivos
y afectivos, mientras que enfermedades como el lupus eritematoso sistémico, la miastenia gravis
y el síndrome de persona rígida también implican una interacción entre la neuroinflamación y el
sistema inmunitario.
La neuroinmunosiquis también desempeña un papel importante en el trastorno bipolar, los
trastornos depresivos y los trastornos psicóticos. En el trastorno bipolar, se han identificado
alteraciones en las rutas endolisosomales y de autofagia, así como en el sistema ubiquitinaproteasoma.
Estas
vías
están
involucradas
en
la
regulación
de
la
calidad
y
el
flujo
de
proteínas,
y
se ha observado
disfunción
en ellas en trastornos
del estado
de ánimo
y enfermedades
neurodegenerativas.
En el caso del trastorno depresivo mayor, se han estudiado las implicaciones de diversas citocinas
en la enfermedad, así como la inflamación crónica de bajo grado y el desequilibrio en las respuestas
proinflamatorias y antiinflamatorias. La neuroinmunosiquis en estos trastornos puede influir en la
función cerebral y contribuir a los síntomas.
La investigación ha revelado una conexión cada vez más evidente entre los trastornos psiquiátricos
y el sistema inmune. La presencia de mecanismos inflamatorios es relevante en trastornos como
la depresión, el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), los trastornos de ansiedad, la adicción
y el Trastorno del Espectro Autista (TEA), entre otros.
La inflamación sistémica puede afectar la actividad de neurotransmisores clave, como la
serotonina, y los cambios hormonales pueden contribuir a la aparición de trastornos del estado
de ánimo posparto. Los tratamientos dirigidos a reducir la inflamación, como los antidepresivos e
Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS), han mostrado beneficios en estos
trastornos. Además, la neuroinmunosiquis puede desempeñar un papel en la adicción y el TEA, con
la inflamación, afectando los procesos de recompensa y la función neuronal.
La infección por COVID-19 también ha despertado un interés creciente en su impacto en la salud
mental y la interacción entre el sistema inmune y los trastornos neuropsiquiátricos. El virus SARSCoV-2
puede
invadir
el
sistema
nervioso
central,
desencadenando
una
respuesta
inflamatoria
en
el
cerebro
y
contribuyendo
a
la
neuroinflamación.
Esto
puede
estar
relacionado
con
el
desarrollo
de
enfermedades
psiquiátricas
como
el
trastorno
depresivo
mayor,
la
psicosis
y
el
deterioro
cognitivo.
El
estrés
oxidativo,
otro
factor
implicado
en
la
patogénesis
de
COVID-19,
también
puede
afectar
la
función
cerebral
y
la
neuroinflamación.
El
Trastorno
Obsesivo
Compulsivo-TOC,
relacionado
con
COVID-19,
también
ha sido estudiado
en relación
con
la neuroinmunosiquis.
En cuanto al diagnóstico y tratamiento, se han investigado los biomarcadores y el uso de
medicamentos con propiedades antiinflamatorias. Marcadores inflamatorios han sido asociados
con trastornos psicóticos y depresión, y se han propuesto biomarcadores como la detección
de mi ARN y el cociente neutrófilo-linfocito. Los psicofármacos y terapias de neuromodulación
han demostrado efectos antiinflamatorios y beneficios en los síntomas. Además, enfoques no
farmacológicos como el enriquecimiento ambiental y prácticas como el yoga y la meditación
han mostrado reducir los niveles de citoquinas proinflamatorias y mejorar los síntomas de los
trastornos psiquiátricos.